jueves, 13 de noviembre de 2008

comer a la carta, que miedo,

hoy... (bueno exactamente hace un mes, porque hace un mes que no escribo nada) fuimos a comer a un sencillo restaurante chino que precisamente se llama 'Chi', o sea que mas sencillo como nombre y chino ya es impensable e imposible,

cuando llegamos obviamente los nenes estaban mucho mas ilusionados que nosotros, pues ese orden, esas mesas limpias, esas sillas cuadradas interesantes para jugar por debajo y la poca asistencia que se presenciaba te invita a buscar el sitio mas cómodo o mas luminoso (y mira que estaba oscuro no se porque), todo limpio y preparado para los 'excelentes' clientes que teoricamente somos nosotros, je...

en cambio siempre cuando voy a un restaurante (o sea esas cuatro o cinco veces al año) la paso bien mal, por que me veo en la situación que no me gusta otra vez sufrir y es el irremediable e inevitable menú o carta de la casa,

y es que hagamos un poco de orden que seguro lo saben y conocen mucho mejor, como siempre... llega corriendo el camarero-mesero de turno con sus 'n+1' megacarpetas menus, impaciente por ya saber y redactar lo que nosotros vamos a pedir, como si lo supieramos de memoria ya, o lo llevamos pensando y estudiando por el camino,

los nenes obvio que encuentran divertido los menus o megacarpetas, son hojas plastificadas, muy resistentes, con coloritos y letritas siempre en forma italicas, siempre hay tonterias de que reirse y no comprender, pues cada restaurante trata precisamente de eso de hacerse inolvidable e inconfundible, y no solo por lo que vamos o no a comer,

y empezamos a pensar y disimular que entendemos todo lo que pone, tu imaginación te hace unas excelentes pasadas de lo que vas a recibir y te van a preparar, se te hace la boca agua y por eso pides los primeros refrescos y a la vez calmar los nenes,

entonces, somos dos adultos y dos menores, llega corriendo ahora el segundo mesero para poner los platos planos cuando todavía ni habíamos decidido, ¿que carajos? claro que ellos siempre acertaran porque en el fondo no hay mucho que escoger ni variar,

pero 'erre que erre' ese hombrecito tiene que poner sus platos en la mesa, como cordialidad y como seriedad, y no se da cuenta de la situación local que estamos sufriendo, obviamente habia dos peligros inminentes : primero los cubiertos se les estaba colocando en toda la cara y nariz del niño mas pequeño, a Josep, ¿y que va ha hacer un niño cuando le ponen en su nariz un tenedor y un cuchillo?,
y segundo un niño de esa edad no va normalmente a comer seriamente como adulto en un restaurante, como mucho va a probar algo de comida, pero su claro objetivo es : conocer el lugar, investigar los rincones, esconderse donde sea, gritar y conocer los otros visitantes de las otras mesas, ver que hay en la terraza, pedir agua o refresco insaciablemente, jugar con su cochecito en el rincon mas 'imposible e inaccesible' ; asi que hazme el favor de llevarte este plato que sobra y gane mas tranquilidad, espacio y confianza en mi mesa, pero el mesero mas terco y sordo que yo todavia, y mira que tela...

luego hay mas cosas y obviamente me desesperé, estamos en un 'Restaurant' y se siente el aroma de la comida, los nenes quieren ver ya que se va a comer, y ya hace un rato que hemos terminado de pedir, y cualquier espera se hace eterna, larga, desesperante, ilogica, aburrida e inutil, por no decir absurda,

de hecho pedimos un plato infantil para Meri, fue el ultimo en llegar y me sorprendio porque fue un simple fideos con salsa y cuatro carnes (como cuando la epoca de la guerra civil española), Meri ya habia medio comido con nosotros el arroz y nuestros platos individuales por la excelente coordinación y preparados que tienen en la cocina (se nota que se llevan mas faena que no solo cocinar),

ahora los fideos (o sea el plato infantil) la iba a caer como la cosa mas inoportuna y fuera de lugar que te puedes imaginar, frios se iban a quedar y empacarlos para llevarlos a casa, para comerlos fuera de toda emoción y ganas,

entonces comprendes porque los nenes quieren la cadena de hamburguesas, Mcdonalds sin irte tan lejos, ahi tienen su espacio para jugar, ahi las mesas son chiquitas y bajitas, siempre hay luz y mucha luz, ahi los sillones son todos de cuero y sin una sola esquina, ahi el aire acondicionado siempre fuerte y super fresco, no hay meseros ni protocolos que cumplir ni respetar, no hay rincones inaccesibles, ahi hasta los 'papás' se encuentran a gusto te sientes como te sientes de forma rara en tu silla,

definitivamente tenia algo que decir, y es que por mucho o poco que me escapo a algun 'Restaurant' obviamente todo puede pasar, que lo pase bien, super bien, mal o recontrafatal,

y sobre odio los menus, porque vamos a ver, yo voy a comer bien y no a adivinar con que plato voy a sentirme mejor y mas completo mi estomago, y vergonzoso que debas siempre decidir únicamente uno o dos de cuarenta o cincuenta posibilidades que tienes en las megacarpetas, ni tampoco quiero marearme con tantas letras ni tantas opciones ni descubrir los milagros culinarios ni lo tan grande que debe ser sus congeladores para poder preparar tantas cosas en tan poco tiempo, ah y super microondas que deben tener,

eso si, el robo monetario de lo que te van a cobrar al final no te lo vas a evitar ni perdonar nadie, tu tienes que cubrirte tu propio capricho eventual y mágico, 'zorry',

ah, y me voy con los nenes que con un pan y chocolate al parque, y veras si somos mas felices que unos gorriones recien nacidos,

Francesc