martes, 31 de enero de 2017

Cuando el sueño despierta.

Muchas veces nos quejamos de como las personas cambian según le interesa, y como cuando llega la hora de la verdad no solo saca su máscara de como es sino que se la revela con toda crueldad y mejor posible con máscara incluida.

El tema del enorme cambio que no solo estéticamente está ahora aplicando el gobierno estadounidense no es de simple estudio, parece que detrás de esto hay tangibles aspectos, temas y revelaciones que obviamente con el tiempo y lentamente se ha ido alimentando sin cesar.

El sueño americano se ha visto un poco trastocado por elementos que nada tiene que ver, y uno de ellos es precisamente con las personas que ahora consideran que menos tienen que aportar u opinar.

Me están robando el sueño, nos están robando el sueño, que el sueño ya no es solo nuestro, que lo nuestro ya no es el sueño,, lo nuestro ahora ya es un utópico sueño, ya no sueño…” palabras que bien las podría decir algún gringo.

Trump busca una magia constructiva como a la vez imperante, sabe muy bien que el tiempo juega en su contra al tener mucho pero mucho por hacer pero sobre todo y lo peor de todo es que algo pero poco de todo lo algo que encuentre tiene que demostrar en tener la razón, o parte de ella. Algo muy pero muy tangible que quede muy claro que su país, su nación o sus estados lo están reclamando años ha y nadie hizo caso o en el mejor de los casos todo el mundo subestimaba.

Trump necesita su propia economía, su propio mundo, es como decir que todos los estados quieren y necesitan regresar al mismo modelo de negocios que han entendido desde que se fundó los Estados Unidos (de norteamerica).

Trump al parecer tiene una enorme amistad con Putin, pero será este por algo. Putin siendo mano dura y conocedor perfectamente de los entresijos de una nación compleja sabe que las cosas no se toman a la ligera. Se permite el lujo de moverse y ser tan precavido que pocos lo pueden ahora sorprender.

Putin como Trump no solo aman sus respectivos países, sino es que no pueden ni hacer otra cosa, ni soñar otra cosa ni se ven haciendo otra cosa que ser un poco mas humildes. Ambos en sus respectivos espacios sienten que la entrega es total como pasional.

Putin como Trump saben y valoran que hay ciertos aspectos sociales y sobre todo logísticos que no siempre se puede cambiar de la noche al día. Las cosas o incluso las tareas mas sencillas de una sociedad no puede ser siempre ni automatizada ni optimizada de manera fulminante gracias a la tecnología ni mucho menos gracias al salvaje capitalismo, mucho menos en beneficio de dos o tres personas que siempre quedan al final de toda la cadena y definitivamente nada que ver con el propio estado, ni nación ni sociedad que les pertenece.

Ellos saben muy bien que todos somos imprescindibles, muy al contrario de la mente capitalista y sobre todo la salvaje cuando cree que todo el mundo puede reemplazar a cualquier puesto, cargo, función o tarea. Ellos dos no lo ven así.

Al haber tanto movimiento y tanta indiferencia por quien contratar entonces inevitablemente se aplica el problema de perder el norte, la imagen o mejor dicho el orgullo por lo que se procede. Todo tiene un espacio y un momento, pero siempre bajo unos límites, otra cosa es que cada quien aplica el que más le convenga gracias a la libertad, pero rápidamente llegamos al sigiloso punto cruel y despiadado libertinaje de la economía por encima de todo bien para la sociedad, de muestras sobran por todos lados.

El tiempo lo ha demostrado muchas veces en varias formas, sino puede con tu enemigo por fuera pues entonces hazlo por dentro, introdúcete por su cuerpo y cómetelo por dentro que se derrumbará solo. Decir el omnipresente “Caballo de Troya” es decir las cosas claras, en lenguaje plano para que se entienda como de la mejor metáfora en todos los niveles y ya sin decir las consecuencias o truco genial para aplicar como proceder.

Cuando un gobernador se preocupa por tener no solo la gente ocupada sino por incluso que estos estén bien, felices, motivados, contentos y sobre todo profesionales algo pasa y algo choca con el liberalismo o neoliberalismo, que todo lo ve como todo vale o todo se vale, muy lógico para el que está arriba en su mayor posesión, pero muy menor para todos los que de él hacia abajo en forma piramidal están no solo imitando sino imitando lo que sea necesario para arrebatar tal puesto, tal gloria y tal poder “ilusoriamente”.

Este es un despertar social muy curioso pero cada vez menos practicado, conforme hasta la fecha ha ido ganando mundialmente y globalmente el efecto del liberalismo exarcebado, escrupuloso y salvaje, ha ido a la vez perdiendo objetivos personales, comarcales, nacionales, incluso por que no decir morales. La regla de las sin reglas y toma la contradicción por donde mejor te quepa. Que luego las consecuencias nefastas siempre caen en la sociedad y no hablemos de controversia morales, éticas y pues definitivamente culturales.

Afrontar al enemigo como es y por lo que es, y este viene siendo siempre en consideraciones grandes, en tamaño prácticamente internacionales, y muchas veces en identidad irreconocible.

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